Muuuuy bien

martes, 5 de julio de 2011

El FBI estrella un Ferrari y se niega a pagar los daños

Si tuvieras a mano las llaves y un flamante Ferrari F50 en un garaje, a sabiendas de que nadie se iba a enterar si te ibas a dar un paseíto, ¿Serías capaz de resistirte a la tentación? Pues al agente del FBI Fred Kingston le pareció una oportunidad única e irrepetible y se decidió a sacara a "esa preciosidad" a dar una vuelta por el vecindario.

El Ferrari en cuestión había sido robado unos años antes de un concesionario. La compañía de seguros pagó a su propietario el importe total del coche, por lo que los responsables de la aseguradora se sintieron más que satisfechos al saber que el FBI había recuperado el coche en el curso de una investigación. El F50 debía permanecer "bajo custodia" hasta que se resolviera el caso en cuestión en los juzgados, pero después pasaría a manos de la aseguradora que compensaría así el dinero pagado unos años antes al concesionario.

Resultado insospechado
Lo que nadie de esta historia se imaginaba es que el "paseíto" del agente Kingston iba a tener unas consecuencias tan inesperadas. Y es que el representante del FBI estrelló el Ferrari contra un árbol cuando apenas había recorrido unos pocos cientos de metros, con tan mala suerte que el resultado fue un carísimo "siniestro total".

La excusa argumentada por el agente de la ley fue que "reventó un neumático", aunque los rumores y chascarrillos que se cuentan entre foros del motor y expertos apuntan más bien a que las ganas de conducir un Ferrari no tienen porqué ir acompañadas de la pericia necesaria para ponerse al volante de una de estas máquinas.

El coche estaba valorado en 750.000 dólares, algo más de medio millón de euros, que es la cantidad que la compañía de seguros reclamó al FBI, ya que el accidente se produjo mientras el coche estaba bajo su responsabilidad.

Poco colaboradores
La sorpresa para la compañía de seguros surgió cuando la agencia de la ley se negó a pagar e, incluso, a ofrecer cualquier tipo de información sobre las circunstancias del suceso o la razón por la que el vehículo había salido de sus instalaciones. Y es que es más que probable que ningún responsable del FBI quiera asumir un "gasto imprevisto" de 525.000 euros en su presupuesto para cubrir la "pequeña indiscreción" de uno de sus agentes.

Y parece que esta historia va a seguir dando que hablar, ya que la compañía de seguros ha afirmado que tiene pruebas de que el agente Kingston iba acompañado de un ayudante del fiscal, con lo que su demanda no solo se dirige contra el FBI sino también contra el Departamento de Justicia norteamericano.

**Foto enviada por un testigo del accidente a la web www.wreckedexotics.com


Y un bonus track, la he visto y no me he podido resistir a publicarla.
¡¡¡¡PIVÓN!!!!